Siempre que pienso en el té me viene la imagen de un par de
damas inglesas entradas en años, llevándose a los labios una humeante taza de
porcelana y pellizcando con manos delicadas unas pastas mientras en el reloj
del salón dan las cinco en punto de la tarde. Dicho de otra manera, veo todos
los tópicos que películas y libros nos han hecho creer en torno al consumo del
té. No niego que pueda existir esta escena de las damas, pero la mayoría de
bebedores de té no responden a estas características. ¿Sabéis por qué? Pues
porque después del agua, la infusión de hojas de té es la segunda bebida más
consumida en el mundo y es inimaginable que media humanidad beba té a las cinco
de la tarde en tacitas de porcelana. El té tiene su origen en China, donde comenzó a utilizarse por sus propiedades medicinales. Después de extenderse
su consumo por Oriente, en el siglo XVII llegó a Europa de la mano de
comerciantes holandeses y portugueses, alcanzando gran prestigio entre las
clases adineradas. Lo que nunca he sabido es por qué el té suele ir acompañado
de unas riquísimas pastas de mantequilla. Quizás sea para compensar su ligero
sabor amargo. Y es que como dice un refrán: “El primer té es amargo como la
vida. El segundo es dulce como el amor. El tercero es suave como la muerte”.
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| INGREDIENTES (para 30 pastas) |
- 200 g de harina.
- 130 g de mantequilla a temperatura ambiente.
- 80 g de azúcar glas.
- 80 g de leche.
- 1 g de sal.
- 1 g de vainilla.
- La ralladura de una naranja.
- Chocolate de cobertura para adornarlas.
- Confites de colores.
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| PREPARACIÓN |
- Batir la mantequilla, el azúcar, la sal, la ralladura de
naranja y la vainilla hasta que queden todos los ingredientes bien mezclados;
se puede hacer con una espátula o con unas varillas eléctricas.
- Incorporar la leche tibia poco a poco.
- Tamizar la harina y mezclarla a velocidad lenta o con una
espátula. No conviene trabajar mucho la masa.
- Poner papel de horno en una bandeja, pasar la masa a una
manga pastelera con boquilla rizada y formar las pastas.
- Precalentar el horno a 180º y hornear 10 minutos
aproximadamente, hasta que estén doradas.
- Poner a enfriar sobre una rejilla y una vez frías adornar con
chocolate de cobertura.
Te han quedado de lujo, un par de ellas con un té y un desayuno perfecto. Bss
ResponderEliminartiene una pinta estupenda ,con té o café una delicia
ResponderEliminarbs
Qué fotos más chulas! Super bonitas! Y qué decir de las pastas! Ideales, apetecibles a más no poder! Junto aun buen té...como disfrutaría de ellas! Besos
ResponderEliminar¡Hacedme un hueco en esa merienda de té con patas!
ResponderEliminarPues fíjate, que llevo unos días que cuando me tomo mi té me falta algo, y creo que eran estas pastas, así que tendré que hacerlas... :-)
¡Un besote!
Pues me pasa lo mismo, la hora del té es definitivamente una escena de Dawntown Abby.
ResponderEliminarQué bonitas, te han quedado perfectas, parecen compradas!!! y ricas deben estar un rato!
ResponderEliminarA mí de todos los tés, el que más me fusta es el verde con hierbabuena. Esta pastas se ven deliciosas y estupendas para disfrutarlas con té o con un buen café. Un beso guapa
ResponderEliminarMmmmm queu buenas Ana!! Se me hace la boca agua pero es que las fotos me han dejado maravillada!! Un beso guapa!
ResponderEliminarA casa són mooooolt d'infusions...en prendrien tot el dia...i si els hi faig aquestes pastetes ja seria un no parar!!! Precioses...els llibres roses em semblen genials!!
ResponderEliminarQué ricas!!!! me encantan las pastas. Las hago mucho para regalar y estas tienen que estar de lujo. Las dejo en pendientes
ResponderEliminarUn abrazo
Yo soy bebedora de té y adicta a él. I si os digo que soy muy maniatica en cuanto al tipo de taza, ha de ser de bordes muy finos y de porcelana. No soy nada maniatica en cuanto a la hora de tomármelo, me va bien a todas horas y si me lo sirvo con unas pastitas como éstas, mejor que mejor. Una maravilla las fotos.
ResponderEliminarBesos