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El sueño de mi infancia era tener un caballo de cartón. Hoy
se lo cuento a mis nietos y se sonríen porque ellos se mueven en el mundo de la
tecnología y un caballo de cartón sólo se movía si lo arrastrabas con una
cuerda. Cada Navidad pedía lo mismo, pero pasaban las fiestas, pasaban los
Reyes Magos, y yo seguía sin ver cumplido mi deseo… hasta que desistí porque ya
no tenía edad para insistir siempre en lo mismo. Crecí con esta espinita
clavada en mi interior. Este año, sin embargo, he pensado superarlo y no voy a
quedarme sin caballito. No será de cartón pero sí será una galleta crujiente. Y
no será sólo uno, sino muchos, para dar y repartir, para que nadie se quede
sin ver cumplido su deseo.
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 | INGREDIENTES |
- 200 g de mantequilla a temperatura
ambiente
- 125 g de azúcar glas
- Una pizca de sal
- Una cucharadita de vainilla
- 400 g de harina común
- 1 huevo
 | PREPARACIÓN |
- Batir la mantequilla junto con el
azúcar.
- Añadir el huevo y la vainilla. Mezclar bien y
agregar la harina tamizada junto con la pizca de sal. Amasar.
- Estirar la masa entre dos papeles
de horno con un grosor de 4 mm aproximadamente. Meter en la nevera hasta que la
masa esté fría.
- Cuando esté bien fría, cortar con
ayuda de un cortapastas e ir colocando las galletas en una bandeja de horno
cubierta con papel sulfurizado. Dejar la bandeja en la nevera hasta el momento
de hornear.
- Juntar la masa sobrante y estirar
de la misma forma. Si esta masa se nos ha calentado conviene meter de nuevo en
la nevera y así las galletas no se deformarán.
- Meter en el horno precalentado a
180º hasta que estén doradas.
- Dejar enfriar sobre una rejilla.
- Se pueden pintar con rotuladores
aptos para el consumo.
Que bonitos, da pena comérselos, pero seguro que están buenísimos.
ResponderEliminarBss