No me hagáis mucho caso pero los buñuelos de bacalao me recuerdan a San Lorenzo, un mártir cristiano que murió asado en una gran parrilla y que tuvo la genialidad de pedir a sus torturadores que le dieran la vuelta cuando consideró que ya estaba asado de un costado. Esa imagen de San Lorenzo me vino a la cabeza cuando comprobé que los buñuelos de bacalao se daban la vuelta, giraban sobre sí mismos, al estar perfectamente dorados por un lado. Al margen de esta imagen hay que decir que estos buñuelos eran un plato típico de Semana Santa, aunque ahora pueden degustarse en cualquier época del año. Cuenta la leyenda que su origen se remonta al siglo XIII cuando el rey Fernando III sitió la ciudad de Sevilla y que los sevillanos sólo contaban con bacalao y harina para resistir el asedio. También aceite con que freír aquella masa informe que les salvó de la hambruna. La receta su extendió por toda la Península, pero también por Italia y Francia. Los buñuelos han de ser crujientes y dorados por fuera y jugosos por dentro. De haberlos conocido, San Lorenzo hubiese dado su visto bueno. Nosotras los hemos acompañado de una salsa romesco.
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| INGREDIENTES |
- 250 g de bacalao
- 250 g de agua de cocer el bacalao
- 150 g de harina
- 75 g de mantequilla
- 3 o 4 huevos
- Una cucharadita rasa de levadura
- 3 dientes de ajo
- Pimienta negra
- Aceite de oliva suave, para freír
- Perejil
- Sal
| PREPARACIÓN |
- Cubrir el bacalao con agua fría y poner al fuego a
escaldar. Antes de que hierva retirar del fuego. Se acabará de hacer con al
calor residual del agua.
- Escurrir reservando 250 g del agua de la cocción.
- Secar el bacalao con papel de cocina y cuando esté
templado desmigar con los dedos.
- En una sartén con aceite sofreír tres dientes de ajo
cortaditos. Añadir el perejil cortado y agregarlo al bacalao. Mezclar.
- Poner en una cazuela 250 g de la cocción del bacalao con
la mantequilla cortada en dados y sin que hierva esperar a que se deshaga la
mantequilla. Subir el fuego y cuando rompa a hervir agregar de golpe la harina
previamente mezclada con la levadura y una pizca de sal.
- Dejar al fuego hasta que se forme una bola que se
desprenda de la cazuela.
- Retirar a un recipiente y cuando baje la temperatura añadir
un huevo, mezclar bien hasta que se incorpore completamente a la masa.
Repetiremos la operación con los otros dos huevos. Batir el cuarto huevo y si
fuera necesario añadir a la masa que estará en su punto cuando al levantar la
espátula escurra lentamente.
- Añadir el bacalao desmigado. Mezclar hasta que se
integre totalmente.
- En una cazo poner a calentar el aceite y cuando esté
caliente freír montoncitos de masa con la ayuda de dos cucharaditas de las de
café.
- Los buñuelos se irán girando ellos solos y así se
freirán de forma uniforme.
- Pueden acompañarse de salsa romesco.
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