TARTALETAS DE CONFIT DE PATO Y PERA

Parece ser que los primeros patos fueron domesticados en China. Allí siempre han sido muchos y la comida no llegaba para todos. Había que agudizar el ingenio y al grito de “todo lo que vuela, a la cazuela”, se encapricharon de aquella ave migratoria que volaba por encima de sus cabezas e inmediatamente se la imaginaron como un guiso extraordinario. Después los franceses elevaron el pato al altar de los fogones, pero aquellas antiguas aves migratorias ya estaban más que domesticadas. Las patas del pato –y perdonad el juego de palabras- son duras, fibrosas, y requieren una cocción larga. De ahí el invento del confit, un proceso de conservación que consiste básicamente en salar y escalfar la carne de pato en su propia grasa. Ahora lo tenemos más fácil que aquellos habitantes de la China milenaria. Vamos al súper y compramos el muslo de pato confitado y envasado al vacío. A partir de ahí se puede elaborar un aperitivo como el que os proponemos, combinando el confit con pera caramelizada y frutas del bosque.

RECETA

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	INGREDIENTES

• 2 confits de pato envasados al vacío.
• 2 peras  Conferencia.
• 1 cucharada de azúcar.
• 2 cucharadas de vinagre de Módena.
• 4 cucharadas soperas de agua.
• 50 g de vino Pedro Ximénez.
• Un palito de canela.
• 2 paquetes de mini tartaletas de masa quebrada (vienen 16 en cada paquete).
• Frutos rojos del bosque para adornar (pueden ser congelados).

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	PREPARACIÓN

1. Quitar toda la grasa, piel y huesos de los magrets. Cortar en trocitos muy pequeños y reservar.
2. Poner una sartén al fuego con el azúcar y el agua. Cuando el azucar se haya disuelto, añadir el vinagre, el vino, el palito de canela y las peras peladas y cortadas en octavos.
3. Cuando la pera esté tierna, retirar del fuego y cortar en trocitos muy pequeños.
4. Añadir la pera a la carne de pato y un poquito del jarabe restante.
5. Rellenar las tartaletas y adornar con las frutas del bosque.

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