En muchos restaurantes italianos te los sirven como
aperitivo. Son finos, alargados y muy crujientes. Complementa los antipasti, o
las ensaladas. Ocurre que si te los sirven muy pronto, mientras eliges plato y
te llega, los grisines desaparecen, te los comes. Son adictivos. Su origen hay
que situarlo a mediados del siglo XVII. Vittorio Amedeo II se Saboya tenía
problemas digestivos desde muy joven, la costaba digerir la miga del pan, y su
médico Teobaldo Pecchio encargó al panadero de la corte Antonio Brunero que
hiciese un pan levado, crujiente, ligero y con poquísima miga. Brunero alargó
la forma de la “ghersa”, el pan típico de la época en la zona del Piamonte, que
ya era alargado de por sí, hasta convertirlo en un bastón. La gente comenzó a
denominarlos grisines como derivación del diminutivo de gherse, ghersin. Con el
paso del tiempo, los grisines llegaron a Francia y Napoleón se los hacía traer
de Italia y les llamaba “petits bâtons” de Turín. Los grisines se han ido
popularizando y renovando con el tiempo y ahora se les añade orégano, comino o
sésamo.
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| INGREDIENTES |
- 300 g de harina común
- 125 g de agua
- 50 g de aceite de oliva virgen extra
- 7 g de levadura fresca o 2,5 g de levadura seca
- 5 g de sal
- Semillas de sésamo para decorar (opcional)
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| PREPARACIÓN |
- En un recipiente echar la levadura desmenuzada, añadir el
agua a temperatura ambiente y disolver la levadura.
- Añadir la harina tamizada y la sal y mezclar bien con el agua. Echar el aceite y
acabar de mezclar con las manos. Dejar en reposo en el mismo recipiente tapado
durante 20 minutos.
- Pasar la masa a la encimera y amasar durante 5 minutos o
hasta que la masa esté lisa. Si tenéis amasadora podéis amasarlo más
cómodamente.
- Dejar la masa tapada en un recipiente hasta que doble su
volumen, en una cocina caliente en 45 minutos estará lista.
- Poner la masa en la encimera y desgasificar haciendo un
ligero amasado, dejar de nuevo que leve durante 40 minutos.
- Sacar la masa y hacer 2 bolas. Estirar cada bola con ayuda
de un rodillo hasta dejar la masa de un grosor de ½ cm y procurando darle forma
de rectángulo. Echar semillas de sésamo por encima y pasar el rodillo para que
se peguen bien. Dar la vuelta a la masa y echar el sésamo también por este
lado. Tapar y dejar reposar 20 minutos.
- Con ayuda de un cortapizzas o cuchillo afilado cortar tiras
de ½ cm de grosor y poner en una bandeja de horno sobre papel sulfurizado.
- Precalentar el horno a 200ª calor arriba y abajo y dejar
hasta que estén dorados, aproximadamente 20 minutos. Si pasados unos minutos,
veis que se tuestan demasiado bajad la temperatura del horno.
- Dejar enfriar sobre una rejilla.
Los grisines tienen un peligro enorme para mi, ya que me los como igual que las pipas, por eso he dejado de comprarlos, no dejan de ser pan y uno a uno puedo comerme varias hogazas sin sentir. Pero es que están buenísimos y eso que no son ni la mitad de ricos que los tuyos. Una preciosidad.
ResponderEliminarBss
Espero perder probarlos pronto.
ResponderEliminarUnas fotos bien apatecibles.
Hola me ha encantado tu receta me lo he apuntado en mis favoritos, muchas gracias.
ResponderEliminarUn saludo.
Son una tentación! quedaron de lujo con una puesta en escena genial👍besinos
ResponderEliminarEs una autentica delicia estos grisines, te han quedado espectacular y aqui debe ocurrir que cuando los pruebas no paras hasta terminar con ellos. Buen fin de semana. Besitos
ResponderEliminarQue grisines mas ricos, son una perdicion!
ResponderEliminarBesos
Nosotros somos de los que los hacen desaparecer en un santiamén! jejeje..., son un verdadero vicio, y nunca los hemos hecho en casa, así que me apunto tu receta para prepararlos, que parecen muy sencillos!!
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, gracias por tu fantástica receta, me ha encantado y me voy a poner manos en la masa para hacer esta delicia que estas compartiendo con nosotros.
ResponderEliminarUn saludo
Eva