MERMELADA DE CALABAZA Y LIMA A LA VAINILLA

La Cenicienta tenia una calabaza que el hada madrina convirtió en carroza para ir a la fiesta y al encuentro de su príncipe azul.  La chica se dejó cegar por el carruaje y por el príncipe, cuando lo importante era la calabaza en sí. Al fin y al cabo, la carroza-calabaza  tenía que pagar impuestos como cualquier vehículo, pasar la ITV y sortear un sinfín de controles de la velocidad para regresar a tiempo a casa antes de medianoche; y los príncipes azules verdaderos son cada vez menos porque las monarquías europeas son escasas. Además, ¿qué se puede esperar de un príncipe que va de casa en casa con un zapato de mujer en la mano probando en qué pie encaja? Eso, que lo haga un zapatero, vale; pero todo un príncipe y encima azul, pues qué queréis que os diga. Total, que la calabaza era un tesoro y la chica, joven, inexperta y consumidora empedernida de prensa del corazón, no se dio cuenta.

La calabaza  es una hortaliza comodín que puede utilizarse en cremas suaves, con arroces, como acompañamiento de algunos platos y que en repostería se usa para elaborar pasteles, confituras de cabello de ángel, y también mermelada como la que hoy os presentamos con un ligero toque de lima y vainilla. Quizás su color os recuerde a una mermelada de calabaza, naranja y mandarina que hicimos anteriormente, pero su sabor es completamente diferente.

¿Qué? No me negaréis que la calabaza es un verdadero tesoro, ¿no?

RECETA

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	INGREDIENTES

• 1 kg de calabaza limpia cortada en trozos.
• 500 g de azúcar.
• El zumo de 5 limas.
• Una vaina de vainilla.

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	PREPARACIÓN

1. Echar la calabaza limpia y cortada en trozos en una olla.
2. Añadir la vaina de vainilla abierta longitudinalmente con la punta de un cuchillo.
3. Agregar el zumo de lima y mezclar bien todos los ingredientes. Dejar en maceración toda la noche.
4. Poner a hervir a fuego suave hasta que la calabaza esté blanda, aproximadamente 45 minutos. Remover de vez en cuando para evitar que se pegue.

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